dimecres, 4 de maig del 2016

la nostra cuina pot ser burgesa si nosaltres no ho som?



I si com jo penso, ens han volgut vendre la moto de que sóm classe mitjana quan en realitat sóm classe treballadora empenyorada. Com pot ser que la nostra cuina sigui en moltes ocasions una cuina burgesa? Perque a veure, en el menjar i si ens ho podem permetre sí que som senyoritus... o no?

"Con la aparición de las clases medias urbanas en el S XVIII y sobre todo en el S XIX, se produjo una alianza entre las dos cocinas, la popular y la culta, la inconsciente y la voluntaria, que ha dado en llamarse 'cocina burguesa', codificada en numerosos tratados y que manteniendo la solidez y los aromas de la cocina campesina añade la inquietud y la clase de la alta gastronomía. Por ejemplo, las salsas.

Si la cocina regional y campesina tiene un fondo y una seriedad que permiten compararla con el caballo de tiro y de labor, si la alta gastronomía tiene las virtudes elegantes y la fragilidad del pura sangre, la cocina burguesa es lo que los domadores de caballos llaman un medio pelo: trota pero no galopa. (...) por otra parte la cocina burguesa no excluye la invención -al contrario de la cocina estrictamente tradicional, que se transmite con la rigidez de un código genético-. Todo cordon-bleu introduce voluntariamente en la receta su toque personal."
Jean François Revel.
Un festín de palabras. Ed. Tusquets

ISBN 84-8310-506-3