dijous, 2 d’octubre del 2014

de la Cocina Cómica de Juan Pérez Zúñiga

M'ha regalat el meu pare, 
un facsimil de llibre estelar
de Juan Pérez Zúñiga,  
Cocina cómica per a disfrutar.


Del talent humoristic d'aquest autor ja en van parlar els admirats -tot i que amics- Gastromimix. Jo em limito a destacar una petita poesia del final del llibre, en que l'autor descriu la seva magre despensa i jo al llegir no he pogut evitar pensar en la quantitat de families que ara mateix viuen una situació similar. I aprofito per cagar-me en la puta mare dels governants que ens han posat en aquesta situació i que com a sortida només ofereixen paciència i continuar amb el mateix: un sistema que no funciona. Aneu a la merda, home.


MI DESPENSA

Una zafra de aceite de oliva

(¡del más malo, querido lector!)
con su tapa en la parte de arriba
y espita con llave en la parte inferior.

Sobre tosco vasar, al que viste
colgadura de rojo papel,
un puchero que, si hoy tiene alpiste,
contuvo algún dia riquísima miel.

Una escarpia sujeta en el techo,
y pendiente del tocho un cordón
con un gancho torcido y mal hecho
del cual debería colgar un jamón.

Cinco latas de ricos pescados
que hace tiempo vacías están,
y entre tila, en un bote guardados
algunos bizcochos del tiempo de Adán.

Tres botellas de vino pequeñas
(del que apenas se puede beber)
y otras tres del mejor Valdepeñas
que por mi desgracia se ha echado a perder.

Dentro de una cazuela de barro
avellanas, espliego y jabón,
y pegada en los bordes de un tarro
manteca de Flandes del propio Chinchón.

Seis o siete chorizos añejos
procedentes de añejo rocín,
y las pieles de varios conejos
colgadas de un clavo, no se con qué fin.

Junto a un plato que tiene tocino
y unos cuantos mendrugos de pan,
un cacharro con ajos, comino,
pimienta,guindilla, laurel y azafrán.

Dentro de una tinaja, una arroba
de garbanzos que apenas se ven.
Atrancando la puerta, una escoba
(porque es puerta que no cierra bien).

Y un boquete de medianería
que da paso a la luz y al calor.
No contiene más cosas hoy día
mi pobre despensa, querido lector!

Juan Pérez Zúñiga